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Rodrigo Jordán, Presidente Comunidad de Organizaciones Solidarias :

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“En pobreza tenemos un problema tremendo de invisibilización”

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​Nos recibe en su oficina de Vertical, empresa y fundación que creó en 1994 y desde la cual – entre las múltiples tareas y programas que allí se desarrollan- se trabaja para potenciar en liderazgo y habilidades sociales en sectores vulnerables.

 

​Multifacético, inquieto, emprendedor.… Mucho se puede decir de este ingeniero industrial, doctor en filosofía, montañista, empresario y profesor universitario que, en su amplia trayectoria destaca por su dedicación a proyectos que se enfocan en la pobreza, el desarrollo social e innovación. Rodrigo Jordán encabezó la primera expedición chilena que llegó a la cumbre del Everest en 1992; actualmente es presidente de la Comunidad de Organizaciones Solidarias Sociales; director de la Fundación Nacional para la Superación de la Pobreza; profesor en la Escuela de Administración de la Pontificia Universidad Católica de Chile y en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Adolfo Ibáñez. Es sin duda, infinita energía y capacidades para entregar a otros (no es una columna, no se puede opinar).

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Conversamos sobre distintos temas relacionados con la pobreza, vulnerabilidad e integración. Sobre el aporte que hacen organizaciones como Corporación Mañana, precisa que valora mucho estas iniciativas que son de largo aliento, de inversión y de cambio de cultural.

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¿Cómo avanzar para que las personas con consumo problemático de drogas sean más visibles y se pueden integrar a la sociedad?

R: El problema siempre está presentado como una tragedia, no como una oportunidad, como un cambio. Tendemos a ver a la gente pobre o en droga, recién salidos de cárcel o discapacitados como alguien a quien hay que ayudar, como una cosa solidaria, como una obligación de misericordia.

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¿Más que en una oportunidad?

¡Mucho más.! Ese es el mecanismo. Como país nuestro principal recurso es la gente y tenemos un 20 por ciento en pobreza, estamos perdiendo talento, capacidad emprendedora. Es un recurso mucho más rico que el cobre, que los glaciares.

“Uno viene a servir y no a servirse”

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¿Cuál fue el motor que le impulsó a este camino para trabajar con los más vulnerables?

R: Creo que lo fundamental fue la formación en la casa, de los papás… No eran jesuitas, pero estaba el concepto jesuita de “Ud. viene a servir y no a servirse”. Ellos trabajaban en lo suyo profesionalmente, pero tenían mucha conciencia de lo que ocurría alrededor de ellos. Yo diría entonces, que la formación en el hogar fue fundamental. 

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Eso me llevó en un momento dado, cuando estaba terminando la carrera de ingeniería, a hacer un proyecto: mi tesis fue sobre trabajo de la energía en sectores de pobreza. Después con los trabajos de montaña hicimos una fundación para llevar niños de escasos recursos a la cordillera. Finalmente fui a hacer mi tesis doctoral en Innovación para la Difusión en el Mejoramiento de la Pobreza y después de eso me invitaron a ser parte de la Fundación Nacional de la Pobreza. Ahí fui presidente y luego, nos metimos en el tema de la medición de la pobreza, las experiencias te van llevando una a la otra.

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¿A qué apunta la innovación para trabajar en la superación de la pobreza?

R: Lo que ocurre- y esto lo dijo Albert Einstein – es que tú no puedes solucionar estos desafíos (y no solo el de la pobreza, también otros como el cambio climático, etc.) de la misma forma que pensábamos antes. La sociedad entera ha cambiado muchísimo, entonces hay que estar pensando en mecanismos, en nuevas fórmulas; por ejemplo, el trabajo grande que hicimos de medición de la pobreza.

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Si yo sigo mirando la pobreza como un tema de ingresos solamente, las soluciones son solo respecto del ingreso, entonces vienen los subsidios, que está muy bien, yo no tengo nada en contra, pero es una mirada parcial de un fenómeno que es multidimensional, multifactorial en sus experiencias, que afecta a la persona, a la familia y a la comunidad. Entonces hay que mirar formas distintas de hacer esto.

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No son grandes innovaciones, pero son formas nuevas de mirar esto. Estuvimos diez años trabajando en cambiar la forma en que se mide la pobreza en Chile, todavía le falta, pero ya hay mecanismos distintos.

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Ahora, respecto de las institucionalidades, es difícil abordar la pobreza en una institucionalidad gubernamental que está parcelada en ministerios porque los problemas son sistémicos. El sr. de la Vivienda trabaja en Vivienda, el Sr. de la Salud trabaja en Salud, etc. Pero, los problemas ocurren en el territorio y de forma sistémica. La señora tiene todos esos problemas a la vez. Entonces, hay que comprender que es una cosa sistémica y no solo personal, es una cosa de familia, de una comunidad completa.…En fin, nos obliga a pensar y mirar de forma distinta.

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Por ejemplo, la Comunidad de Organizaciones Solidarias (en la que Jordán es presidente) se creó para tener una voz un poquito más fuerte respecto a las políticas públicas. Tenemos un poco más de 200 organizaciones que están trabajando en distintas mesas para tener más peso y voz en distintas materias.

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El desafío es cómo las distintas fundaciones abordamos los distintos temas, sistémicamente, para trabajar los problemas de pobreza en Bajos de Mena, por ejemplo, porque es el territorio el que sufre la pobreza, la comunidad, la familia y la persona.

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A eso nos referimos con innovación, la mirada siempre está por sobre el fenómeno y cómo podemos abordar el fenómeno. Nosotros lo que proponemos es que lo pongamos acá detrás (señala atrás de su nuca), entonces yo también soy sujeto de cambio y de cómo miro el sistema.

 

Y desde esa mirada, ¿qué piensa respecto al trabajo que está desarrollando el ministro Alfredo Moreno con distintas iniciativas que buscan precisamente cambiar la mirada?

R: Todas las iniciativas como tales son buenas. Hay dos cosas en las que el ministro Moreno está involucrado. Una no como ministro, que es el 3xi, una iniciativa súper buena de conversación que sienta a distintos actores, que no se conocían, en una mesa. Ahora se tiene que dar espacio a la acción.

Y ahora El Mapa de la Vulnerabilidad, por ejemplo, es una iniciativa a la que hay que dar todo el respaldo; pero que tiene grandes desafíos. Porque la iniciativa cae en distintos ministerios.

 

¿No complica Ud. menciona, cuando se trabaja a través de distintas comisiones?

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Cierto, pero por lo menos hay distintos sectores sentados en cada mesa: el ministerio, la universidad, el sector privado y la representación social, por último están los cuatro analizando el problema.

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Ud. decía en el 2013 que el principal problema de la pobreza es la invisibilización ¿Hoy, en noviembre de 2018, sigue pensando lo mismo?

R: Creo que tenemos un problema tremendo. Yo hago clases en un MBA en la Católica, con alumnos de elite. En una parte del curso trabajamos el tema de la pobreza y les pregunto cómo se mide y no tienen idea, se ven sorprendidos en la fenomenología, en la complejidad. Para ellos era un tema de una línea, por ahí había algo que se llamaba CASEN.  Esa es la invisibilización de la pobreza, no la ven, pero cuando la ven se interesan y trabajan, no los responsabilizo es parte de la invisibilidad. 

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Además, como ha ido disminuyendo, la gente cree que es un problema que está resuelto.

En pobreza por ingreso estamos en un 8,6. Están otros estudios, hay discusiones técnicas, pero el asunto es que hay otros problemas en el país: en la Araucanía, con Bolivia, las pensiones (que es una expresión de la pobreza) y entonces, el problema de la pobreza se está invisibilizando cada vez más. Hace 30 años la mitad de la población estaba en pobreza, ahora un 8,6. entonces…

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Además, la segregación territorial es salvaje en Chile. Un extranjero llega al Aeropuerto Arturo Merino Benítez – que en el 2020 va a ser un aeropuerto a nivel mundial-, se viene por la Costanera Norte, mira los parques, pasa por la Plaza Perú, llega al Hotel W y cree que está en Suiza. Se va pensando que todo funciona perfecto, porque estamos muy segregados territorialmente. Tampoco vemos la pobreza, no interactuamos con ella diariamente.

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El problema con la étnia mapuche es el problema que tienen los países desarrollados con sus etnias locales. Lo tiene EE.UU. , Canadá, Nueva Zelanda y que lo han abordado de una u otra forma. Los problemas de pensiones son los mismos que hay en Europa;  las tasas de pobreza en Chile son comparables con los de otros países OCDE. Entonces, no se le puede pedir a la sociedad que se aboque solo al tema pobreza -con todo lo que a mi me interesa- porque están los temas de cambio climático, de parques nacionales, de impacto ambiental.… Como país estamos enfrentando un montón de desafíos para el bienestar de nuestra sociedad. Por lo tanto, es ahí donde la invisibilización juega en contra, porque son otros desafíos que se toman la agenda. 

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