Con él la conversación se torna fluida, entretenida y llena de matices, incluso si lo que abordamos son temas profundos, filosóficos, científicos o sociales. Esta semana entrevistamos al comunicador científico Gabriel León, Bioquímico, Doctor en Biología Celular y Molecular, autor del exitoso libro “La Ciencia Pop” que acerca la ciencia al ciudadano común.

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Gabriel participó en la última cena del 2018 que realizó Corporación Mañana, cerrando el ciclo de encuentros de este tipo que desarrolló durante este año para integrar a personas provenientes de distintos mundos (empresarios, artistas, escritores, líderes de opinión, etc.) con los participantes de nuestro programa. Todos los invitados se sorprendieron y emocionaron con las experiencias compartidas y con la existencia de un programa que se ocupa de acompañar a quienes se han rehabilitado tras un consumo problemático de alcohol y otras drogas.

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“Yo no conocía la Corporación, por lo tanto, cuando me llegó la invitación de la editorial lo primero que hice fue ir a mirar qué era esta Corporación. Me pareció muy interesante. Vi su página web, que tiene mucha información e historia. Vi un video de un paseo a la cordillera y testimonios de personas que están en la Corporación contando cómo el estar en esta comunidad les ayudó en esta última etapa”, comenta.

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“Ahí me enteré de que efectivamente esto es como una posta. Las personas van pasando por distintas etapas que comienzan con el darse cuenta de que hay un problema, que puede surgir por distintos factores; pero, en muchos casos, tiene que ver con un colapso en las relaciones familiares”.

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Añade que tras el quiebre se produce la rehabilitación, pero luego “viene otro momento, en el que el acompañamiento es distinto, ¿cómo se recupera una persona que hasta hace poco tiempo era adicta y que había destruido todas sus relaciones laborales y familiares? Eso tiene que ver con recuperar la autonomía económica por ejemplo, con recuperar sus lazos familiares, insertarse de nuevo  en el mundo del trabajo. No se trata solo de no consumir drogas, sino de tener ciertas habilidades, poder conversar e interactuar socialmente”.

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Gabriel cuenta que, durante la cena, le llamó la atención el testimonio que compartió uno de sus compañeros de mesa (participante del programa de Corporación Mañana): “Él decía ‘yo antes no podía hacer esto, no hablaba, miraba hacia abajo, yo no podía hablar, no podía interactuar, era un paria social, y esto en lo que estoy ahora se lo debo a la Corporación’. Y tiene que ver con la autoestima, él lo valoraba mucho”.

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El escritor dice que se interesó por participar en la cena y conocer la Corporación porque, “me pareció, además, una iniciativa socialmente bonita, de esas iniciativas que cambian la vida de las personas, que tienen impacto”.

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“¿Y cómo uno mide ese impacto? Recuerdo que lo hablamos en la cena y es difícil porque generalmente uno eso tiende a verlo en números, en cuántas decenas, miles de personas fueron alcanzadas por una iniciativa. Es algo muy frío. Pero uno no sabe en realidad cómo le cambio realmente la vida a esa persona. Y precisamente instancias como estas (cena y encuentros personales con los participantes), nos permiten acercarnos a esas respuestas, a las cualitativas, a escuchar de sus palabras y el cómo la Corporación cambió su vida. No son miles de personas, pero cada una tiene una historia de vida que es super importante conocer también”.

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Consultado respecto a qué cambió en él tras conocer este programa y participar en esta cena, Gabriel León, sostiene que hoy está “más consciente de las problemáticas que enfrenta una persona que en un momento cae en el consumo de drogas. No es solo lo que tiene que ver con la neurobiología de la adicción, los efectos que produce, las dificultades para vencer la dependencia sociológica y biológica de las drogas. Hay que reconocer una problemática distinta que es la social asociada al consumo problemático de drogas y, cómo una vez que uno resuelve este problema, queda este otro: la reinserción efectiva a la sociedad, el restablecimiento de los lazos”.

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Otro aspecto que llamó su atención fue el apoyo que se entrega a los participantes que son padres, a través del Programa de Parentalidad Positiva: “Me pareció interesante que el programa también abordara este asunto. Tú tienes un hijo que quedó solo porque te fuiste por este problema con las drogas y ahora hay que recuperarlo, ¿cómo lo recuperas? Uno no tiene herramientas para eso. Entonces, me pareció importante que también existiera esta posibilidad de guiar a los que son padres, hacia una paternidad renovada, con más herramientas. Es muy valioso porque los hijos no vienen con manual. Uno no sabe cómo criar, uno aprende sobre la marcha. Y muchas veces las cosas que uno hace con los hijos o deja de hacer pueden ser muy importantes en el futuro”.